domingo, 19 de octubre de 2008






De nuevo haciendo observación pero esta vez no directa, sino participativa en la calle 14 entre carreras 9 y 8 cerca al parque la libertad; es necesario hablar con mujeres u hombres que trabajen en este sector, para el tema investigativo, siendo este el consumismo sexual.
Fue un poco difícil hablar con algunas de estas mujeres (travestis), pero al final en medio de nuestra temerosa búsqueda, encontramos la adecuada, la mas gentil y servicial.
“La pulga” es un travesti, éste es su apodo, ya que desde muy pequeña empezó a trabajar en la prostitución, cuando tenía 7 años de edad tubo su primera relación sexual con un hombre y ahora tiene 45 años.
Le gustaba que los hombres la tocaran cuando salía a vender unas jaleas que su padre hacia en una fabrica ubicada en Aguada, Caldas. La condición para dejarse tocar de estos hombres era que le pagaran $1 peso.
Cuando tenía 12 años un hombre del pueblo le dijo que se fueran para Pereira ya que no tenia porque soportar el maltrato físico y psicológico que le producía su padre cuando se enteró de la afinidad que tenía con los hombres; sin pensarlo dos veces, la pulga cogió sus maletas y se fue para Pereira, inconsciente de que en su familia podría tener un mejor futuro.
Le pagaban $ 1.200 pesos cuando llego hace 32 años a trabajar en un bar en la antigua galería; dice que eso le alcanzaba para todo, para mercar, para pasear, comprar ropa, en fin, lo necesario para subsistir.
Al tiempo se salió del bar y empezó a trabajar en las calles vendiendo su cuerpo, por ser nueva en el sector, debía pagarle un impuesto a los travestis mas antiguos o sino por el contrario la apuñaleaban y la maltrataban físicamente.
Estas personas ya sean hombres y mujeres venden su cuerpo por $ 10.000 pesos y diario se pueden hacer hasta 10 clientes o ratos como ella dice, los consumidores son hombres de todo tipo, muchas veces pasan hombres de buena presencia, y hasta en carros a recogerlas para llevarlas a moteles o a fincas para tener sexo con ellas.
Muchas veces se aprovechan de la embriaguez de los clientes y les roban para tener plata extra, pero cuando se dan cuenta, o les pegan o las apuñalan por descaradas afirmó la pulga.
La pulga esta en este ritmo de vida por gusto, no por necesidad, porque afirma que a ella nunca le hizo falta nada, pero lamentablemente muchas compañeras de ella si lo hacen por suplir sus necesidades, ya que tienen que sostener a sus padres y aparte de eso no tienen donde mas trabajar.
El trabajo actual de la pulga es vender productos de yanbal, ebel y a “armar los cuerpos” como ella dice, a los travestis inyectándoles aceite de cocina, o silicona liquida en los senos y en la cola; por este trabajo cobra $150.00, también presta plata y vive en un cuarto alquilado que esta ubicado en el parque la libertad.

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